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El alumnado del Segundo Ciclo

Les percibimos muy activos, vitales, espontáneos e impulsivos,les cuesta autocontrolarse. Hablan mucho, están más en la necesidad de expresar que en la reflexión o el silencio, y les cuesta controlar el tono de voz, esperar el turno de palabra y ceñirse a un tema propuesto.
También les resulta difícil ser pacientes, suelen demandar una respuesta inmediata a su necesidad.
Pero en general se muestran receptivos ante nuestras intervenciones, suele ser fácil llegar a ellos, si les proponemos que colaboren, lo suelen hacer encantados, su disposición es positiva.
Se muestran cercanos afectivamente, si bien observamos que en este ciclo, sobre todo en el 2º año, ya empiezan a distanciarse un poco más, comienzan a afirmarse como personas, a veces en oposición al adulto, diríamos que cuestionan más nuestra figura. Aparece por tanto “ la rebeldía”. Esto lo consideramos como una fase más del proceso madurativo. Teniendo en cuenta esto, se trata de encauzar sus desajustes ( es bueno que sepan encajar la frustración ya que van a tener que afrontarla a lo largo de la vida), pero también tomarlo como un punto de partida para hacerles ver que hacerse mayor y demandar autonomía conlleva también asumir responsabilidades y compromisos y saber responder ante ellos.
Presentan una capacidad de escucha limitada y su capacidad de mantener la concentración y atención durante largo rato, también es limitada. Por ello, les cuesta profundizar en el trabajo. Producen mucho, el caso es hacer, y hacer sin mucha reflexión, ( la cantidad por encima de la calidad). Le dan mayor importancia al resultado final que al proceso. (Revisar el trabajo les supone una tarea durísima, “un rollo” ).
Comienzan a tener conciencia de su propio sexo, a veces en oposición al contrario. No hay más que observar cómo se agrupan libremente.
Aparece con más fuerza que antes el grupo de amigos-as, “la cuadrilla”. La amistad la viven a veces como un quebradero de cabeza, porque en momentos se sienten excluidos-as. Es algo que sienten con intensidad, sobre todo las niñas, y pueden llegar a sufrir. Vemos importante ayudarles a que vayan encontrando su sitio, que se sientan a gusto consigo mismos y desde ahí puedan ser más abiertos y vivir la amistad como algo que nos proporciona bienestar en lugar de desasosiego.
En las relaciones personales a veces se dejan llevar por la amistad o por la admiración, les cuesta elaborar sus propios criterios. Observamos que también se refleja en esta edad la presión social en cuanto a los roles que se adjudican a cada uno de los sexos. Se asocia a los niños con el fútbol y si uno transgrede la norma, es decir, no le gusta el fútbol y se dedica a jugar con las niñas, se le tacha de “raro” o de “marichica”... El jugar bien a fútbol imprime cierto “status”, un niño, por ello, puede ser muy admirado, ser líder incluso para algunos. Intervenimos para que aprendan a ser tolerantes, a respetar la diferencia, que la vivan como una cualidad, algo enriquecedor, no como factor discriminante. La diferencia clara (handicap) la respetan mucho mejor que otras más sutiles.
Empiezan a compararse entre ellos. Comienzan a ser conscientes de sus capacidades y también de sus límites, que a veces, tienden a esconder o a través del disimulo o adquiriendo el papel de graciosillo o rebelde. La desigualdad en el proceso de aprendizaje se nota más en este ciclo y ese desmarque lo da la lectoescritura. El alumnado con dificultades empieza a decantarse con más fuerza ahora. Aquí estamos atentos para que no se produzcan desajustes en la autoestima, haciéndoles ver dónde están, de qué recursos disponen y cuál está siendo su proceso de avance.
En ocasiones viven mal el fallar, les cuesta aceptar el error, les hacemos ver que el fallo y el error es una parte de todo proceso de aprendizaje, es algo natural. Muchas veces esa frustración hace que expresen el “no me gusta” en lugar de decir “me cuesta”. Es nuestra labor hacerles ver eso y animarles a afrontar lo que les cuesta, dándoles la perspectiva de que lo pueden conseguir y de que el esfuerzo merece la pena.
Viendo estas características, ¿qué pretendemos como equipo, qué queremos conseguir?
Sabéis que partimos de una concepción que es considerar a cada alumno-a como un ser global, por lo tanto pretendemos que además de desarrollar todo su potencial en el campo de los aprendizajes, crezcan también como personas, que maduren.
Queremos conseguir que:
Una de las ESTRATEGIAS clave que utilizamos es el cuestionamiento, porque creemos que les ayuda a ser más conscientes y la consciencia es básica para avanzar.
Esta estrategia está muy unida a la idea de que no se trata de resolver, sino de educar acompañando. Así como en el aprendizaje vemos muy importante no adelantarnos a su proceso, sino posibilitar que descubran, relacionen y deduzcan, en todos los demás aspectos, también se trata de sugerir, hacer pensar y cuestionar.
Por último, y esta es una característica muy clara, son poco conscientes de lo que les pasa, de cómo se sienten, de lo que les impulsa a hacer una cosa u otra, de su malestar.
Intervenimos tratando de poner en palabras aquello que intuimos les ocurre, de cara a que vayan ordenando sus emociones y sepan vivir y situarse mejor.
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