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Alimentación. Comedores Escolares. Editado por la revista Consumer.

Comedores escolares
Los comedores escolares influyen notablemente en el establecimiento de unos adecuados hábitos alimentarios en el niño.
El niño, pasado el segundo año, comienza a entrar en contacto con la sociedad en diversos aspectos y especialmente en el alimentario. Se producen influencias evidentes por parte de otros componentes de la familia, sus propios amigos, y le ofrecen alimentos, en muchas ocasiones lejos de los patrones alimenticios recomendados (dulces, helados, golosinas, etc.). Este hecho puede afectar significativamente a su comportamiento alimentario.
Los comedores escolares
El comedor de guarderías y comedores escolares constituyen otro elemento incidente en la alimentación del niño. La importancia es grande, porque afecta al establecimiento de hábitos alimenticios, y al estado nutricional del niño, al constituir una parte importante de la dieta diaria que se repite cinco días a la semana, durante muchas semanas al año. Esto habla de la enorme importancia que debe tener el comedor escolar en la alimentación y educación alimenticia del niño.
A la hora de establecer los criterios nutritivos que ha de cumplir el menú escolar, se han de tener en cuenta las diferencias energéticas y de nutrientes que existen entre las diferentes edades. Así, hay niños en edad preescolar (4 - 5 años) y escolar (6 - 12 años), donde su crecimiento es lento y uniforme. Por tanto, los objetivos nutricionales irán encaminados a conseguir un crecimiento adecuado a su edad, y a evitar déficits comunes de ciertos nutrientes como algunas vitaminas y minerales.
La adolescencia comienza aproximadamente a partir de los 12 años en las niñas y los 14 años en los niños, y se caracteriza por el crecimiento acelerado en longitud y masa corporal que experimentan los niños y niñas (estirón puberal). Los objetivos nutricionales en esta etapa tenderán, por una parte, a adecuar las necesidades individuales de energía (debido a las diferencias en composición corporal y actividad física de unos a otros) y por otra, a cubrir las necesidades aumentadas de proteínas, determinadas vitaminas (vitamina A y D) y minerales (calcio, hierro y zinc), que participan directamente en el proceso de crecimiento.
El menú equilibrado
El menú escolar representará el 30 % del valor calórico total del día, y no deben faltar una serie de alimentos, necesarios para el desarrollo corporal del niño y para la adquisición de buenos hábitos alimentarios.
En el menú escolar se ha de potenciar los platos de verduras o ensaladas como primer plato o como guarnición del segundo, fruta fresca de postre, y pescado cocinado de diversas maneras.
Para los más pequeños, los platos se elaborarán de forma más simple, con sabores más suaves, menos condimentados para que sean capaces de identificar el sabor real de cada alimento. En el caso de los adolescentes, habrá que cuidar el aporte aumentado de proteinas, tanto de origen vegetal (pan, pasta, arroz, legumbre). Se alternarán como parte del primer o del segundo plato; como animal, con una ración mayor de carne, pescado (máximo 150 g) o enriqueciendo los platos con rebozados y aumentando el consumo de yogur u otro postre lácteo más veces a la semana.
Por ello, ciertos alimentos adquieren un protagonismo diario.
Alimentos plásticos o formadores de tejidos y huesos, fundamentales al encontrarse este colectivo en edad de crecimiento: Leche y derivados, carne o pescado o huevos, principalmente.
Alimentos energéticos en proporción superior a las necesidades de la persona adulta, pero vigilando las cantidades de los platos de patata, pasta, arroz, ... al tratarse de una época en la que pueden adquirir hábitos alimentarios incorrectos que arrastrarán toda la vida. Las comidas han de ser nutritivas y variadas, cuidando que no sean muy voluminosas.
Alimentos reguladores como fruta fresca, ensaladas y verduras, imprescindibles para conseguir una buena regulación y un correcto aprovechamiento de todos los nutrientes en esta etapa de plena evolución fisiológica.
Sin embargo, un informe realizado por CONSUMER sobre una importante muestra de menús escolares, ofrece datos poco alentadores. En el trabajo, se analizó la calidad nutritiva de 1000 menús escolares, correspondientes a 200 comedores pertenecientes a centros educativos públicos y privados de Álava, Alicante, Barcelona, Vizcaya, Burgos, Cantabria, Castellón, Guipúzcoa, La Rioja, Navarra, Murcia y Valencia.
El informe muestra una mediocre calidad nutritiva de un elevado porcentaje de los menús analizados, debido principalmente a tres errores dietéticos: deficiente aporte de ensaladas y verduras, insuficiente aporte de fruta fresca y de pescado.
Cabe destacar las diferencias en la calidad nutritiva de los menús según la ubicación geográfica de los centros escolares, es decir, que la diversidad gastronómica del país quedó reflejada perfectamente en los menús de los diversos centros escolares. Por ejemplo en centros de la región levantina, se incluía menos verdura que en Navarra y País Vasco; el consumo de pescado era menor en centros de Burgos, Cantabria, Castellón y La Rioja; mientras que el plato de legumbre tenía mayor presencia en las comunidades del Norte. No obstante, también presentaban puntos positivos, entre ellos el bajo consumo de postres excesivamente dulces y el consumo moderado de productos precocinados; empanadillas, croquetas, varitas de pescado...
Enlaces de interés: La revista Consumer estudio 200 menus
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