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El alumnado del Tercer Ciclo

Características del ciclo
Es un ciclo en el que el cambio madurativo que experimentan es notable, tanto en el desarrollo físico como en la forma de situarse ante el aprendizaje y relacionarse con los demás.
Están en una edad que precede a la adolescencia y en la que pueden ser conscientes de las experiencias que han vivido en otros ciclos. Empiezan a poder darse cuenta de que su desarrollo es un proceso, que existe un pasado, un presente y un futuro, y que determinadas vivencias, actitudes y experiencias tienen relación con otras anteriores y les preparan así mismo para la etapa siguiente. Nos parece importante hacerles ser conscientes de esta idea de proceso en su desarrollo.
Comienzan a experimentar cambios físicos. Son más conscientes de las diferencias en este aspecto. Les gusta relacionarse con los del otro sexo. pero no saben muy bien cómo hacerla. Aparecen sentimientos de vergüenza, sentido del ridículo, complejos...
En este cambio madurativo del que hablamos se aprecian diferencias entre chicos y chicas (observamos que las chicas son, en general, más maduras, también más complejas. Los chicos son más llanos). Los chicos mantienen intereses de años anteriores: ejercicio fisico, competición. Los conflictos, unidos a esta actividad, son más superficiales, duran menos y se arreglan con más facilidad. Los intereses de los chicas están más en el mundo de las emociones, la amistad. Duran más, dejan más peso, son más difíciles de resolver y perduran más en el tiempo.
También apreciamos diferencias entre 5° y 6°. Los de 6° asumen el papel de ser los mayores del cole (más "poder"), y a la hora de abordar el trabajo sienten cierta responsabilidad sobre los más pequeños. Se ayudan entre ellos imitando al profesor y disfrutando de este papel.
Comienzan a tener ideas y criterios propios y se inician en la defensa argumentada de estas ideas, aunque al hacerla les cuesta despegarse de sus propios intereses y necesitan la aprobación tanto de los adultos como de los compañeros.
Con los adultos aparece cierta rebeldía hacia lo establecido: protestan, discuten, llevan la contraria... En definitiva, cuestionan la autoridad aunque siguen siendo receptivos (dóciles) ante las normas o decisiones que no comparten. Esta rebeldía es más de forma que de fondo y aparece como un ensayo, un inicio de lo que van a vivir posteriormente. Es una rebeldía "manejable", posiblemente más en el colegio que en la familia. Es, pues, un momento importante de autoafinnación frente a los valores de los adultos, imprescindible para el desarrollo de su individualidad y singularidad.
Se muestran muy preocupados por las relaciones. El grupo comienza a tener peso y valoran mucho el papel que juegan dentro de él. Necesitan ser aceptados y les cuesta manifestar sus opiniones o preferencias si ello supone crear rechazo en el grupo. Empiezan a distinguir entre amigo y compañero y sobre todo a finales de 6° van rompiendo los grupos de amigos que venían manteniendo (parece también una especie de ensayo de la siguiente etapa).
CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS/AS DE TERCER CICLO
Ante los conflictos que les surgen, intentan muchas veces que ni vosotros ni nosotros nos enteremos. Se cuecen muchas cosas que tratan hábilmente de ocultar y que a veces los conocemos cuando estallan. Son reacios a nuestra intervención, y es importante cómo lo hagamos y que vean coherencia entre la intervención de la familia y la del profesor. Creemos que nuestra intervención debe favorecer que sean ellos y ellas los protagonistas en la resolución de sus conflictos de relación.
Debemos ser una figura que acompaña y ayuda, no que zanje la situación: ayudarles a reconocer lo que ocurre, a distinguir objetivamente los hechos, a verbalizar sus sentimientos y a que acuerden los mínimos indispensables para que no se perjudiquen, para que la relación sea saludable.
Tenemos que ser conscientes de que se pueden dar crisis de relación, cuya solución no es fácil, ni se resuelve a corto plazo. Situaciones que les producen sufrimiento y que a nosotros mismos nos cuesta pasarla, pero como decía antes no se trata de zanjar cual juez mediante sentencia, sino de ayudarles a ver lo que pasa, y a elaborar la situación, a que la vivan de manera que les ayude a aprender, a madurar.
Decía antes, que se sienten los mayores de la escuela, manifestando, en ocasiones, actitudes propias de edades posteriores y se meten en cuestiones que les caen grandes, que son incapaces de controlar. Hay una falta de previsión sobre las consecuencias de sus actos y muchas veces somos los adultos los que las asumimos y decimos "son muy niños", "no se dan cuenta". Pues no, debemos hacerles ver las consecuencias de sus actos y la necesidad de reparar, es decir, que cuando se hace daño a alguien., cuando se transgrede una norma que afecta al grupo, cuando se destroza un bien que es de todos. hay que arreglar la situación.
En cuanto a las relaciones con el adulto (y no sabemos si es propio de la edad o general al contexto social), estamos observando que la barrera adulto/niño aparece un tanto desdibujada (en el lenguaje, en la forma de estar, en la aceptación de la autoridad...). Tienen una cierta confusión sobre un papel como niños, y no distinguen a veces los contextos en los que se desenvuelven: no es lo mismo el parque, que el aula. No es el mismo el lenguaje que utilizan entre los amigos, que el que debemos utilizar entre los alumnos y profesores... Hay que ayudarles a salir de esa confusión, a que discriminen roles y contextos.
Por último, en esta edad se les aprecia mayor capacidad de concentración y planificación, y aunque todavía les cuesta, empiezan a ser capaces de despegarse de la inmediatez a la hora de abordar y llevar a cabo el trabajo. Creemos que es el momento adecuado para desarrollar la capacidad de planificación a medio plazo.
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